Daniel Cuéllar – Juan Manuel Espinosa / SEVILLA

Habrá muy pocas personas que no sepan apreciar los detalles de los monumentos que nuestros antepasados nos han dejado de legado. A nosotros  personalmente lo que más nos fascina es imaginarnos como fue la vida de aquellas personas en semejantes palacios en tiempos de guerras, inseguridad y luchas de poder. Otra duda que nos  planteamos es si sabrían ellos que estaban creando monumentos e historia que jamás otras personas crearían nunca, o si pensarían que en un futuro se construirían castillos y palacios aún más grandes.

Un recuerdo desde el castillo de Almodóvar del Río

Gracias a la alternativa «A una hora de…» que ha creado el Centro Guadalinfo de Lora del Río, en colaboración con los centros de Osuna y Santiponce, en Sevilla, y Almodóvar del Río, en Córdoba, hemos podido descubrir de primera mano los monumentos y rincones peculiares que esconden las provincias de Sevilla y Córdoba, y por qué estos, fueron elegidos como ubicaciones para la serie de Juego de Tronos, que sigue cosechando éxitos a nivel mundial en todas sus temporadas. La iniciativa ha contado con el apoyo de patrocinadores y empresas de transporte, hostelería y restauración.

Vista de la Torre del Oro y Torre Sevilla desde el bus turístico

Lo primero que pudimos descubrir fueron los rincones de la vieja Sevilla. Todo comenzó con un tour por la capital hispalense, gracias a la empresa City Sightseeing España. Partiendo de la Torre del Oro, por el paseo de Las Delicias, paseando por los emblemáticos barrios de Los Remedios y Triana, para adentrarnos en la isla de La Cartuja, donde tuvo lugar la Exposición Universal de 1992.

Vista del paseo Colón, desde el bus turístico

 

Plaza de la Campana

Cruzando el Guadalquivir, entramos por la calle Calatrava, hasta la Alameda de Hércules, el antiguo «barrio rojo» de la ciudad, para llegar al centro, concretamente a la Plaza del Duque de la Victoria y la Campana, para salir a Plaza de Armas, por la calle Alfonso XII, hasta retomar de nuevo el Paseo de Colón hasta la Torre del Oro, punto de partida.

Coche de caballos en la Plaza de la Inmaculada

 

Allí nos esperaba un guía del Ayuntamiento de Sevilla, para contarnos la historia de sus torres, la del Oro y la de la Plata, más difícil de ver, y desconocida incluso para los sevillanos, unidas por la antigua muralla, de la que tan sólo quedan algunos restos repartidos por el casco antiguo. Cabe destacar nuestro paso por las Reales Atarazanas, que en su día fueron las más importantes del país, construyendo barcos.

La Torre de la Plata al fondo

 

Plaza del Cabildo, donde se celebra un mercado de filatelia

 

Interior de las Reales Atarazanas de Sevilla

 

Desde el Arco del Postigo, hasta la plaza del Cabildo, donde cada domingo se monta un mercadillo de filatelia, nos adentramos en el barrio de Santa Cruz, uno de los barrios más importantes y populares de Sevilla, y que corresponde a una parte de la antigua judería medieval de Sevilla, con sus estrechas y laberínticas callejuelas. Allí pudimos conocer la calle más estrecha de la ciudad.

La calle más estrecha de Sevilla está en el barrio de Santa Cruz

 

Uno de los patios que esconde el barrio de Santa Cruz

 

Una de las plazas del barrio de la judería de Sevilla

 

Una tienda tradicional de especias

 

La entrada en los Reales Alcázares de Sevilla, nos vuelve recordar el pasado musulmán, tan visible en toda la ciudad. Patios por donde corre el agua, con fuentes y arcos; naturaleza en estado puro en los jardines, repletos de fuentes y sombras, que hacen agradable la estancia.

Alcázar de Sevilla

 

Azulejos del Alcázar

 

Claustro de estilo mudéjar en el Alcázar

 

Los jardines del Alcázar

 

Fuente en los jardines del Alcázar

Tras la visita al palacio, nos llevaron en metro hasta el restaurante Rocala, sito en la Gran Plaza, donde degustamos la gastronomía sevillana, acompañada por la protagonista de las cervezas en este viaje, la Cruzcampo. Unos aperitivos exquisitos acompañados de una presentación de la jornada ofrecida por los patrocinadores Tysa Ford, Guadalinfo y Cruzcampo.

La segunda jornada daba comienzo a las 9 de la mañana, junto al hotel Hilton, donde aguardaban varios coches del concesionario Tysa Ford de Sevilla, que conduciríamos durante todo nuestro viaje. Allí comenzamos la ruta en coche hasta las ruinas romanas de la ciudad de Itálica, donde se utilizó el anfiteatro para el rodaje de Juego de Tronos.

Observando la antigua ciudad de Itálica

 

Entrada al anfiteatro de Itálica

A continuación conocimos el museo «Cotidiana Vitae», donde se expone una réplica de una casa romana, además de un vídeo explicativo de la deconstrucción-reconstrucción de Itálica que merece la pena ver.

Recreación de una vivienda romana en el centro Cotidiana Vitae

Otro de las edificaciones que tiene el pueblo y merece la pena visitar, a pesar de que no tenga relación con la serie, es el monasterio de San Isidoro del Campo, donde se conserva  en sus iglesias gemelas de nave gótica,  un retablo de Martínez Montañés esculpido con el tema del Nacimiento y la Adoración de los Pastores. Destaca también su escultura de San Jerónimo. Junto al retablo, y acompañando a los Santos Juanes, están las figuras orantes de Don Alonso y Doña María Alonso Coronel – dos de las tres únicas figuras no sagradas que realizó Montañés en toda su vida.

Claustro primitivo del monasterio de San Isidoro del Campo

 

Mosaicos restaurados en el monasterio

La visita a Santiponce finalizó con la degustación de unas tapas típicas en la Taberna Sin Prisas, en las que cabe destacar el «menudo», la carrillada o el solomillo ibérico, acompañado por el vino Baética, elaborado con las mismas condiciones ambientales y técnicas vitivinícolas utilizadas en la Hispania Romana.

Una vez comidos, continuamos la ruta en dirección a Lora del Rio dispuestos a seguir probando exquisiteces en la feria gastronómica «Con sabor a Lora» que se celebra  en la localidad sevillana de Lora del Río, conjuntamente con la muestra «Mercaxati 2017». Sin duda alguna mereció la pena, ya que degustamos varios platos que nos dejaron el mejor sabor de boca y la alegría de su gente que invadía la feria, con un ambiente cargado de arte en sus exposiciones. Sin duda, una feria muy recomendable para todos los públicos.

Con Sabor a Lora y Mercaxati 2017, en Lora del Río

A continuación arrancamos en dirección Almodóvar del Río a visitar su mayor reliquia: su castillo. Nos encontramos ante una fortaleza construida en lo más alto del pueblo.

Castillo de Almodóvar del Río

 

Vista de Almodóvar del Río, desde el Castillo

 

El Castillo de Almodóvar es una fortaleza de origen musulmán, aunque anteriormente fue castro romano. La edificación actual tiene definitivamente origen bereber, del año 760. Durante la Edad Media fue sometido a diferentes reformas y reconstrucciones. La última de ellas se llevó a cabo entre 1901 y 1936 por Rafael Desmaissieres y Farina XIIº conde de Torralva.

Vista de las torres del castillo

 

Vista del pueblo desde la torre más alta del castillo

 

Lo más impresionante son sus vistas desde lo alto de sus torres que abarcan toda la comarca hasta donde nuestra vista puede alcanzar. Otra curiosidad de esta fortaleza, muy significativa, es la recreación de la sala del rey, representado por figuras a tamaño natural del rey y los vasallos entregándoles su armamento.

 

Vista de una de las torres del castillo

 

Vista del Guadalquivir, desde una de las torres

Lo más tenebroso del castillo son sus mazmorras donde torturaban a los desafortunados, y en la cual, hay un agujero que tenía como final una sala sin salida alguna, desde donde se arrojaban y se dejaban morir a los infieles. Espeluznante, sin duda.

Espada en la piedra

 

Collage en el castillo, donde siempre hay tiempo para las risas

 

Puesta de sol desde el castillo

Un día bastante entretenido, con la puesta de sol, mientras nosotros nos dirigíamos hacia la ciudad de Osuna para poder cenar y descansar. Muy importante coger fuerzas porque al día siguiente nos esperaba un domingo de sol disfrutando de los monumentos de esta bella ciudad, rica en patrimonio histórico.

La cena tuvo lugar en el precioso Hospedería del Monasterio, donde el trato que recibimos fue espectacular. Bonitas mesas altas en un salón no paraban de llenarse con deliciosos aperitivos.

Patio del hotel El Monasterio

Tras la cena fuimos distribuidos en diferentes hoteles de la localidad, el nuestro en concreto fue el La Casa del Duque, un hotel de 3 estrellas donde la limpieza y el buen trato se hizo notar en nuestra estancia.

El domingo comenzamos el día con la visita a la Universidad de Osuna, un maravilloso palacio construido en 1548 por el IV duque de Ureña, don Juan Téllez de Girón. Estuvo prestando servicio hasta que en el año 1824 fue clausurada al ser invadida por las tropas francesas. Actualmente y desde hace algunos años por suerte ha vuelto a ser utilizada como centro universitario, en el que se estudian varios grados.

Vista exterior de la Universidad de Osuna

Sorprende bastante cuando entramos en sus aulas, una de ellas es la capilla, cuyas paredes están repletas de valiosos cuadros de la época y una escultura de una Inmaculada Concepción; otras son salas con pinturas recreadas en las paredes donde antiguamente se examinaban a los alumnos, uno a uno frente al claustro de profesores, ataviados con túnicas y velas negras.

Interior de la universidad

Sin duda lo más impresionante es su claustro, rodeado de arcos de medio punto que sostienen columnas. En medio del patio hay una especie de pozo,  que recogía todo el alcantarillado que circula por debajo del palacio. En nuestra opinión este palacio merece una visita obligada si pasas por Osuna.

Claustro de la universidad

Despues continuamos la ruta visitando el Coto de las Canteras, un yacimiento minero de extracción de minerales a cielo abierto que lleva activo desde la época turdetana.

Explotación a cielo abierto de Osuna

En aquellos tiempos se dieron cuenta que había una parte de tierra de unos cinco metros de grosor en el que la piedra era mucho más dura, lo cual decidieron seguir abriendo más abajo donde la tierra volvía a ser blanda, ya que entonces no disponían de la tecnología que usamos hoy en día. Esto les vino muy bien porque de este modo, esa especie de techo les refugiaba de la lluvia y de los vientos arenosos mientras trabajaban, y de esta forma crearon sin pensarlo, el mayor auditorio natural de España.

Exterior del Coto de las Canteras

Actualmente es utilizado como auditorio para glamurosos conciertos organizados por el ayuntamiento y como salón de celebraciones, idea de sus actuales dueños.

Interior de las canteras, hoy convertido en auditorio natural

Tras las canteras, visitamos la Plaza de Toros de Osuna , sencilla y hermosa y ahora también relevante, ya que fue el escenario de una batalla en la quinta temporada de la serie Juego de Tronos.

Plaza de toros de Osuna

Rodaje en el que participaron más de 650 personas de esta localidad, a los que les fue un honor compartir su plaza de toros con el maravilloso equipo de profesionales, y por ello se volcaron en la grabación de la serie y en el trato a sus actores, siendo muy hospitalarios con ellos.

Interior de la plaza de toros

Tras la plaza de toros, visitamos el Museo de Osuna,  donde se recogen obras de pintores locales, además de una antigua imprenta y maquinas de escribir, así como vestimentas de los antiguos alumnos de la universidad, mobiliario de una antigua sombrerería del pueblo y como no, toda una planta llena de recuerdos de la serie Juego de Tronos, con retratos, firmas, una camiseta firmada, cuadros pintados o una escultura a tamaño real de un personaje de la serie.

Antigua sombrerería en el museo de Osuna

En la sala se recogen un sinfín de agradecimientos de los actores y figurantes, por haberles dado la oportunidad de convivir en esta tierra, Andalucía.

Bandera de la casa de los Targaryen, en el interior del museo

 

Junto a los guerreros del museo

Y desde esta bella ciudad nos despedimos, esperando que si algún día tenéis la oportunidad de disfrutar de estos parajes, disfrutéis tanto como lo hemos hecho nosotros.