Daniel Cuéllar / SEVILLA

Recientemente se ha publicado en los medios, un estudio sobre el uso del tren en Sevilla, que asegura seguir ganando usuarios, a la vez que va ganando cuota respecto al avión en trayectos como el AVE Sevilla-Madrid.

Solamente en la líneas de alta velocidad y la de media distancia con salida o destino en la capital hispalense, las cifras se sitúan por encima de los 7,2 millones de usuarios, de los que algo más de cuatro millones fueron viajeros de las líneas AVE.

La mayor parte de esos usuarios corresponden a la conexión Sevilla-Madrid que, según los datos de Renfe, cerró el pasado año con más de 3,1 millones de viajeros (3.177.000), lo que supone un 6,6% más respecto a 2014, de los que casi 2,5 millones, realizó el trayecto punto a punto, el resto entre algunas de las estaciones de ese recorrido.

Motivo de los datos

Estos datos que a simple vista pueden parecer muy optimistas, son el resultado de la situación de bloqueo en la que se encuentra Sevilla. Actualmente el transporte ferroviario entre Sevilla y el resto de ciudades españolas (a excepción de todas las capitales andaluzas menos Córdoba y Málaga, y algún servicio a Valencia) se realiza a través de la línea de alta velocidad, sin posibilidad alguna de ofrecer al usuario, alternativa alguna para viajar en otro tipo de trenes, a precios más económicos.

En cuanto al precio de la alta velocidad, sigue considerándose «abusiva» para miles de usuarios que viajan por necesidad, y no por placer. José Luis Rodríguez es comercial autónomo en Andalucía y muchos de sus clientes se encuentran en la capital. «Cada vez que viajo a Madrid, el viaje me cuesta más de 100 euros, debido a que, al no poder prever cuando tengo que viajar, no puedo comprar el billete con semanas de antelación, situación que no me permite adherirme a ninguna oferta de internet», comenta.

Para Julia Domínguez, viajar a Barcelona cada mes, su ciudad natal y lugar donde reside toda su familia, se ha convertido en su rutina. «Estoy trabajando desde hace varios años en Sevilla como teleoperadora, y a mi madre, le han detectado un cáncer recientemente. Dependo del tren, o del avión cuando hay ofertas, pero tanto uno como otro me suponen un desembolso de dinero considerable, y es que siento que hoy en día el viajar, aunque para muchos de nosotros sea una necesidad, está considerado un lujo, cuando no debería ser así», confiesa indignada.

Otro caso de precios desorbitados, es la línea de alta velocidad, Sevilla-Córdoba-Málaga, en el que un billete de ida y vuelta entre ambos puntos, que en línea recta se encuentran a menos de 200 kilómetros, ronda los 70 euros.

Pero lo curioso de todo ello, es que según otro estudio publicado para líneas de alta velocidad, el simple hecho de reducir el coste del billete hasta un 50%, ha demostrado que no sólo aumentaría el número de usuarios, dando accesibilidad a usuarios que actualmente no pueden asumir el coste del trayecto, sino que incluso se conseguirían llenar los trenes de las líneas que actualmente resultan deficitarias (prácticamente todas las de alta velocidad, a excepción de la línea Madrid-Sevilla).

Durante la última década se está focalizando toda la atención en la construcción de líneas de alta velocidad, a ciudades que ni siquiera pueden cubrir la oferta de plazas, debido a la baja densidad de población, pero que además repercute negativamente en las líneas convencionales, con una menor inversión en su mantenimiento, y en algunos casos, incluso el cierre.

Líneas de media distancia

A día de hoy, las líneas de media distancia desde Sevilla se centran en dar servicio por vía convencional a las distintas capitales andaluzas, que en su mayoría, aún carecen de líneas de alta velocidad, y cuya mejor conexión se centra en el tramo Sevilla-Cádiz, que muy pronto estará adaptado para el AVE, hecho que reducirá considerablemente los servicios actuales de Media Distancia.

Los trenes con destino a Huelva son escasos, en vía única, y sin parada en la localidad de Sanlúcar la Mayor, una población que ronda los 13.000 habitantes, y que tienen que desplazarse hasta la localidad vecina de Benacazón (con un número menor de habitantes), para hacer el transbordo.

Los trenes que prestan servicio a Jaén, lo hacen por el antiguo trazado a Madrid, por Despeñaperros, pasando por Córdoba, mientras que a Granada, Málaga y Almería, se realiza por una vía sin electrificar y antigua. Servicios con otras localidades como Ronda o Algeciras dependen de transbordos, con la consiguiente demora en el trayecto.

Otra línea deficitaria es un servicio que se hace a Osuna, en el trazado convencional a Málaga, no considerado cercanías, y que carece de parada en la localidad de Utrera, debido a que hay proyectado un apeadero en esta localidad desde hace años para esta línea, pero aún no se ha llevado a cabo su construcción.

Líneas de cercanías

En el caso de las líneas de cercanías, prácticamente ocurre igual que con las de alta velocidad. El precio de los trayectos es inasequible para muchos usuarios, que ven en el autobús una alternativa más barata, gracias a la subvención de los ayuntamientos, y que provocan poca demanda del servicio de cercanías.

Una de las líneas de reciente construcción que finalmente fue clausurada en 2012, fue la C3a, desde Pinto a San Martín de la Vega, y el parque de la Warner, en la comunidad de Madrid, según comenta un vecino de la localidad, «porque el parque temático gana más cobrando por estacionar en su parking, que si los visitantes acudían en tren, además de otros intereses políticos, en otorgar una concesión a una empresa de autobús para realizar el trayecto».

En la provincia de Sevilla existen actualmente cinco líneas de cercanías, de las cuales, tan sólo dos, la C1 entre Utrera y Lora del Río, y la C4, circular de Sevilla (sólo en un sentido, ya que en su origen circulaban en ambos) pueden considerarse «rentables».

La línea C2 entre Santa Justa y la Isla de la Cartuja fue inaugurada en el año 1992 con motivo de la Exposición Universal, y posteriormente fue clausurada, hasta el año 2012 que volvió a abrirse en su totalidad, con el compromiso de ampliarla hasta la estación de metro de Blas Infante, obra que aún no ha comenzado y que convierten a la línea, en un recorrido incompleto, con pocas frecuencias y sin conexión con autobús urbano con el resto de la ciudad.

La línea C3 por su parte, realiza parte del recorrido de la C1 con trenes diesel, y posteriormente se desvía por el trazado de la antigua Ruta de la Plata, dirección Mérida, que se encuentra en mal estado de conservación, con traviesas de madera, que retrasan considerablemente el viaje hasta la Sierra Norte de Sevilla, y tan sólo con tres servicios por sentido al día.

La línea C5 fue inaugurada en el año 2010 hasta la localidad de Benacazón, que se encuentra a unos 20 kilómetros de la capital hispalense. La mala distribución de las zonas, y la carencia de un billete único, elevan el precio del billete hasta los 3,55 euros, algo que preocupa seriamente a los vecinos. Marisa Beltrán es usuaria habitual de la línea, y reconoce que son unos precios «totalmente desorbitados», y asegura además que deberían hacer un replanteamiento de las zonas, ya que «es muy injusto que tengamos que pagar el mismo precio de billete, que otras localidades que se encuentran más lejanas en otras líneas, como es el caso de Utrera».

Otro de los grandes problemas que plantea esta línea, es que no cubre las necesidades de toda la comarca, ya que la línea finaliza en la localidad de Benacazón, excluyendo a un gran número de usuarios de otras localidades como Aznalcázar, Huévar del Aljarafe o Pilas, esta última con casi 15.000 habitantes.

Por todo ello, la línea AVE entre Madrid y la capital hispalense seguirá creciendo, ante la falta de alternativas para desplazarse a cualquier ciudad española. Cada vez menos rutas con paradas en puntos intermedios, viajes más rápidos e inconexos con nuestra geografía, desvertebrando a pequeños núcleos rurales y fomentando la despoblación de estas comarcas. Cierres de líneas constantes, y un mapa ferroviario totalmente radial, frenando la inversión en líneas transversales como la antigua Ruta de la Plata (clausurada en la década de los 80), la línea de Badajoz a Ciudad Real, o líneas internacionales como Salamanca-Oporto o el ferrocarril a Francia por Canfranc.