D. C. / MADRID

Tras 21 días de viaje, el tren Yixinou, procedente de la localidad china de Yiwu, llegó ayer por la mañana a las instalaciones logísticas de Adif de Abroñigal, en Madrid. Se marca así un hito en la historia del transporte ferroviario de España.

El convoy, compuesto por 70 contenedores repletos de papelería, artesanía y productos de consumo doméstico, partió el pasado 18 de noviembre desde una de las principales zonas industriales de la costa este del país chino. En sus casi 13.000 kilómetros de recorrido, ha atravesado ocho países. El largo viaje ha servido como prueba para iniciar una ruta comercial ferroviaria entre España y China. Tras este viaje se evaluará la posibilidad de iniciar una línea regular para primavera de 2015, ya que actualmente las conexiones entre China y Europa finalizaban en Alemania.

La distancia cubierta por el Yixinou (contracción en mandarín de Yiwu, Xinjiang y Europa) se convierte así en la ruta ferroviaria más larga del mundo y la que mayor número de países atraviesa: China, Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania, Francia y España. Tan sólo una línea entre Alaska y Argentina podría superar este recorrido.

El director del departamento de Comercio del Gobierno de la provincia de Xinjiang, Zhang Shuming, ha indicado que esta línea “pretende reducir enormemente el tiempo y los costes de la importación y exportación de las mercancías y aumentar la eficacia en el transporte”. España es el séptimo socio comercial de China dentro de la Unión Europea. Y China es el mayor socio comercial de España fuera de la UE. El volumen del comercio bilateral entre ambos países en el pasado año alcanzó los 20.102 millones de euros.

Durante el viaje, el tren con un peso de 1.400 toneladas de peso, tuvo que realizar varios cambios de locomotora, concretamente cada 800 kilómetros, al igual que tuvo que realizar cambio de ancho y trasvase de contenedores entre composiciones, debido a la existencia de diferentes anchos de vía, en las fronteras de Dostyk (Kazajistán), Brest (Bielorrusia, donde descargó 40 contenedores) e Irún (España).

Además de las ventajas económicas que presenta esta nueva ruta comercial, el ferrocarril, en su mayor tramo de tracción eléctrica, ha reducido las emisiones de CO2 a tan sólo 3.155 kilómetros de su recorrido, desprendiendo unas 44 toneladas, frente a las 114 que habrían emitido los camiones para transportar la misma cantidad de carga en el mismo trayecto. Es decir, un 62% menos de emisiones que el transporte por carretera. El Yixinou prepara ahora su vuelta, para primeros de 2015, que regresará a China cargado de productos españoles, como jamón, vino y aceite de oliva a tiempo para la celebración del año nuevo chino.