Daniel Cuéllar / ASTURIAS

Aunque no puede ser expuesta en un museo, ha sido el resultado de muchos años de trabajo y esfuerzo, hasta que en 1852, la reina Maria Cristina, madre de Isabel II, inaugurase uno de los primeros ferrocarriles de España: el Ferrocarril de Langreo.

Concretamente fue el tercero, tras Madrid-Aranjuez y Barcelona- Mataró, aunque a diferencia de éstos, su funcionalidad era la de llevar el mineral desde las cuencas mineras asturianas, hasta el puerto del Museo, en Gijón.

El capital fue aportado, en su mayoría, por el Duque de Riánsares, esposo de la Reina Maria Cristina, y el proyecto se llevó a cabo, siguiendo los esquemas del inglés Charles Green, Existe una gran peculiaridad en el proyecto, en lo que se refiere al ancho de vía escogido, de 1’44, como el actual ancho europeo, pero que en su día se hizo por similitud con los Ferrocarriles Mineros de Gales.

Hoy en día, este ferrocarril está integrado en la red ferroviaria de ancho métrico de RENFE (antigua FEVE), la más larga de Europa con sus más de 1200 kilómetros, después de que en los años 70, la empresa del Ferrocarril de Langreo comenzase a tener problemas, aunque no fue hasta 1980 cuando se realizó el cambio de ancho, a vía métrica, como el resto de la red.

Esta línea, cuenta con el túnel de Conixo, ya en desuso, que por su longitud de 867 metros, es considerado el más largo construido en la España de su época. Tras su entrada en funcionamiento, tuvo que ser reparado en numerosas ocasiones, debido a que se encontraba en terreno inestable, que sufría continuos corrimientos de tierra, pero no es hasta el año 1995, cuando el nuevo túnel entra en funcionamiento.

Asimismo, existía un plano inclinado, que salvaba una altura de 90 metros en una rampa de 600 metros de longitud, que funcionaba por inercia. Así el tren cargado de mineral que bajaba, por medio de unos cables, impulsaba hacia arriba al tren que iba vacío. El paso del tiempo y las nuevas tecnologías fueron poniendo en práctica distintas máquinas hasta la sustitución del plano por un túnel de 7 kilómetros.

Este ferrocarril creó muchos puestos de trabajo, tanto en la cuenca minera, como en Gijón, ya que supuso un gran desarrollo, no sólo en el transporte de mercancías, sino también en la posibilidad de transporte de viajeros, desde la montaña a la playa, en temporada estival. Hoy en día, del Ferrocarril de Langreo sólo perdurará en el recuerdo de los más mayores, ya que en el presente, tan sólo corresponde a la línea F4 del Metrotrén de Asturias, con su recorrido total Gijón – Pola de Laviana. Desaparece lo histórico, para dejar paso a lo funcional.