Daniel Cuéllar / SEVILLA / MÁLAGA / CÁDIZ

Ya huele a incienso por las calles y se escuchan tambores y trompetas. Es hora de degustar la repostería típica de estas fechas, porque la Semana Santa ya está aquí. Una tradición de muchos siglos, para la que no es necesario ser creyente, sino saber apreciar el arte.

En casi todo el país, durante estos días, es común ver distintos pasos procesionando por las calles de pueblos y ciudades, pero para un buen entendedor del mundo cofrade, no hay Semana Santa como la de Andalucía, porque «se vive de otra manera», aseguran. Quizá sea la alegría que se respira en el sur, o tal vez la majestuosidad con la que llevan a los santos en procesión, que la hacen jovial, y no tan solemne como ocurre en las ciudades del resto de nuestro país.

«Se vive con más pasión, y es algo que llevamos trabajando todo el año, ensayos con la banda, cómo llevar el paso, y coordinarnos entre todos para que ese día salga todo perfecto», comenta Pablo Cutiño, uno de los acólitos de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Concepción, de la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor.

Ayer se iniciaban los pasos en la mayoría de las ciudades, si bien, en algunas, llevan procesionando incluso desde el pasado miércoles, y ya es común por las calles ver a los niños alegres, pidiendo que le vuelquen los cirios sobre pequeñas bolas de cera que cada año se irán haciendo más grandes, a la voz de «¡Nazareno, dame cera!».

Imagen del paso de la Macarena

Imagen del paso de la Esperanza Macarena

Sevilla

La Semana Santa de Sevilla es sin lugar a dudas, la Fiesta Mayor de Sevilla, junto con la Feria de Abril, que tiene lugar dos semanas más tarde. Durante esta semana gran cantidad de cofradías de todos los barrios, realizan el itinerario de su estación de penitencia con cientos de nazarenos y hermanos que acompañan a sus sagradas imágenes en pasos por las calles sevillanas.

La Semana Santa de Sevilla posee una tradición arraigada de cánones y directrices que han sido llevadas a cabo en muchas partes del mundo y en especial en Andalucía, salvo las ciudades de Málaga y Cádiz donde tienen sus propias costumbres y tradiciones conservadas por siglos hasta la actualidad.

En la provincia de Sevilla se celebra la Semana Santa en casi todos los pueblos, aunque no en todos hay un multitudinario número de hermandades, ni resulta tan espectacular como disfrutar la Semana Santa en la capital, aunque cabe destacar casos excepcionales, como la localidad de Huévar del Aljarafe que, con apenas 2.700 habitantes, cuenta con cuatro hermandades. Así, por poner un ejemplo, si en la localidad de Sanlúcar la Mayor, con menos de 15.000 habitantes, ayer salían tres pasos, pertenecientes a dos hermandades,-La Borriquita, El Cautivo y la Virgen de la Paz-, en Sevilla capital salían un total de nueve hermandades –La Cena, Jesús Despojado, La Borriquita, La Paz, La Estrella, La Hiniesta, San Roque, El Amor y La Amargura-con un total de 19 pasos.

Procesiones por la calle Larios

Procesiones por la calle Marqués de Larios

Málaga

La Semana Santa malagueña, posee una tradición ancestral que se remonta a la época de los Reyes Católicos. La ciudad de Málaga es la capital de la Costa de Sol, donde convive la modernidad y sus tradiciones. La más famosa de esas tradiciones es la Semana Santa de Málaga.

Durante más de 500 años de historia ininterrumpidamente, la Semana Santa de Málaga ha permanecido presente en el sentimiento religioso y popular de los malagueños. El 16 de febrero de 1980 fue declarada de Interés Turístico Internacional. Un espectacular evento de carácter religioso, social y cultural que atrae millones de visitantes cada año.

En la Semana Santa malagueña procesionan los tronos –y no pasos, como en Sevilla-, portando a las imágenes que son mecidas durante todo el recorrido, miles de nazarenos y penitentes que van dando luz y color con sus cirios y vestimentas por el itinerario, marchas procesionales que llenan de la particular música de Semana Santa, aromas a incienso y a flores al paso de las procesiones y miles de personas que se agolpan por ver y aplaudir a sus cofradías favoritas, porque para quien esté acostumbrado a una Semana de Pasión con recogimiento y silencio, en Andalucía ocurre tan sólo en algunas hermandades, ya que en la mayoría se vive la Semana Santa con alegría, con vítores, con bullicio, con saetas espontáneas y aplausos al paso de las imágenes.

Cádiz

A diferencia de otras localidades como Sevilla, en Cádiz, el estilo de carga es muy distinto, los pasos van llevados por cargadores, no por costaleros. La forma de cargarlo es sobre el hombro al igual que sucede en Málaga, con la peculiaridad de que van debajo de las caídas del paso.

La manera en la que se ve andar un paso en Cádiz es meciendo el paso de lado a lado mientras se anda, de manera que, cada vez que el «mecío» recae sobre el pie izquierdo suena la horquilla, llevada por los maniguetas.

En los pasos de Cádiz, a las trabajaderas se las denominan palos y en vez de ir colocadas transversalmente, van longitudinalmente. Todos los pasos llevan cuatro palos en los cuales van colocados los cargadores de forma que en dos de los palos se sitúan con el hombro izquierdo y en los otros dos con el hombro derecho, así logrando que el peso este totalmente repartido, procurando que los dos palos situados en medio siempre estén más separados para así lograr mayor comodidad para los cargadores.

La forma de cargar el paso es directamente hombro y palo sin haber nada para proteger el hombro. No existe ningún tipo de colchón entre el palo y el hombro, que va en contacto directo con el palo. Tan solo separados por la camiseta aunque hay muchos cargadores que prescinden de ella pues alegan que las costuras les molestan. También hay que reseñar que antiguamente se utilizaban pañuelos de seda, colocados en el hombro para evitar heridas en el hombro y quemaduras por el rozamiento, aún hay cargadores que lo utilizan, sobre todo aquellos que les viene de familia como costumbre.