Daniel Cuéllar / CÁDIZ

Tarifa, sin duda, es un lugar para el disfrute de la naturaleza, con impresionantes vistas al Estrecho de Gibraltar, pero por excelencia, es la cuna de los deportes náuticos. Desde TROTAMUNDO hemos tenido la oportunidad de primera mano, de disfrutar junto a Javier Gil y su equipo de instructores titulados por la IKO (International Kiteboarding Organization), de unos días espectaculares, practicando kitesurf, con la empresa Radikite.

Radikite nace en Enero de 2014, y es creado por Javier Gil. Tras 7 años trabajando como instructor en varias escuelas por todo el mundo cogiendo experiencia, se ha quedado con lo mejor de cada una de ellas, y ha querido crear un concepto de escuela diferente. «La iniciativa surgió a raíz de darme cuenta a lo largo de estos años de muchas deficiencias que estas tenían y quise darle una vuelta a todo para darle ese punto de seriedad que siempre había echado en falta», comenta Javier.

Actualmente solo trabajan 3 personas con Javier porque «sólo admitimos en nuestro equipo a los mejores». Desde hace un tiempo, están empezando a hacer selección de instructores para la próxima temporada y así ampliar la plantilla, pero no resulta fácil ya que «somos muy exigentes a la hora de fichar a alguien». Los candidatos deben cumplir muchos requisitos que no son fáciles de encontrar en un sector como éste. «De momento los que somos, cumplimos con ellos a la perfección, y eso hace que la rueda siga girando para ser competitivos y dar ese «must» que otros no tienen», añade Javier Gil.

La empresa Radikite ofrece cursos de kitesurf y surf para todos los niveles y edades. Cada año pasan por sus manos cientos de clientes de todas las nacionalidades que quieren aprender este deporte y gracias a esa experiencia adquirida son capaces de adaptar la enseñanza a cada alumno. «Enseñamos kitesurf con el mejor material en el mercado renovado cada año, para contar con lo último en sistemas de seguridad. Además lo adaptamos para acelerar el progreso del alumno al máximo y nunca sin olvidar la seguridad que, lógicamente, es nuestra prioridad. La diversión y el buen rollo están garantizados, nos entusiasma nuestro trabajo y nos encanta compartir nuestra pasión», asegura el instructor.

Un curso completo en grupo en el que se pasa por todo el proceso de aprendizaje tiene una duración de 9-12 horas divididas en 3 días, pero nadie puede prometer que sus alumnos sean independientes en ese tiempo. Es una primera toma de contacto en la que se pasa por todas las fases hasta llegar al objetivo final. «Para que una persona llegue a desenvolverse recomendamos un curso en grupo completo y después unas 4 horas de curso privado para pulir detalles. El aprendizaje es muy divertido, tanto o más que cuando ya navegas, y ello hace que todo el mundo que lo prueba, se enganche a este deporte», cuenta Javier.

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El equipo de TROTAMUNDO se puso manos a la obra, y aunque al principio, parecía complicado, pronto empezamos a disfrutar de este deporte. Lo primero es saber cómo montar la cometa, con sus guías, y la posición que debe adoptar en la arena, para que no se la lleve el aire. Todo controlado, hasta que tuvimos que aprender a volarla, cosa que nos llevó su tiempo, sobre todo, mantenerla recta «a las doce», terminología empleada para referirse a la posición totalmente perpendicular a nuestro cuerpo. Los siguientes ejercicios ya fueron en el agua, para aprender llevar a la cometa, en la dirección a la que quisiéramos ir, para después empezar a trabajar con la tabla.

Sin duda, una experiencia singular, que nos gustaría compartir con los lectores de nuestro portal TROTAMUNDO, muy recomendable para todas las personas que quieran disfrutar de un deporte diferente, en contacto con el mar. Agradecer a Javier y al equipo de Radikite Tarifa, su paciencia y dedicación.